Maravilloso viaje a una maravillosa ciudad
Nada más llegar (9:00), un capuccino en un chiringuito que tenía una mesa fuera (por aquéllo del fumeque). O eran muy detallistas, o tenemos cara de guiris o las dos cosas, porque lo sirvieron de esta guisa (mi coca cola light no era tan pintona)
Una moneda en la Fontana de Trevi. Pena de timing
Penne a la arrabiata. Por fin un plato que pica en condiciones
Justo antes de meter la mano en la Bocca della Veritá, se me ocurrió pensar que la Sherpa no es tan fea y me quedé como para escribir El Quijote
Tras comprender la pérdida de tiempo que hubiera sido intentar transmitir una infinidad de sensaciones sin contar con el talento necesario para ello, se me ha ocurrido comentar unas pocas fotos diferentes, eso sí, hechas con un teléfono, ya no creo que cambie a estas alturas. Lo mejor habría sido no hacer la entrada, lo sé, pero desde que tengo blog mi incontinencia verbal es preocupantte.
Disculpas.
Irse a Roma y llevarse un HTC como toda cámara es una magnífica excusa para volver y hacer unas fotos dignas.
ResponderEliminarMe alegra que te gustara, camarada. Es "la ciudad". Femenina y singular.
Lo cierto es que ni pensé en la cámara, me dí cuenta allí. No soy muy de fotos, de todas formas.
ResponderEliminarMe encantó y sí, como McArthur, volveré (si la Fontana de Trevi cumple con su obligación, que para eso pagué el tributo correspondiente).
Como culpable que eres en gran medida, muchas gracias.