domingo, 11 de diciembre de 2011

Reestreno de la Impala

Cuando fui a por la Impala a Barcelona, en julio, me encontré con que el depósito estaba muy feo. Pedía pintura a gritos, cual madridista un equipo capaz de aguantarle al Barça más de veinte minutos. Jaume me dijo entonces que conocía un sitio allí que lo hacían muy bien.

Aprovechando que la Impala volvió a su tierra de origen en octubre para la Montesada y abusando de la amabilidad de Pep, tanto que sé que por si por él fuera, sólo nos habrían ganado por 0-1, le dejé el susodicho depósito para proceder a su operación de estética.

Ya ha llegado. Espectacular. Si Messi fuera pintor, no lo habría hecho mejor. Además de bien pintado, ha venido con todos sus adhesivos, incluso los que no tenía cuando la compré y un grifo nuevo "a más a más".

Me comentó Pep que podía pintar de negro la parte de abajo, la que va sobre el chasis pero después de pensarlo me ha pasado lo de siempre. Sin sitio para poder pintar con calma y con vecinos deseando denunciar al que pase por allí, decidí dejarlo para mejor ocasión. Puede que en un plazo no muy largo ponga solución a esa carencia.

Muchas gracias a los culpables. Que pongan a enfriar un montón de Moritz porque van a hacer falta.

Así llegó, con su etiqueta de recambio original y todo:






Como el frío es bueno para las zonas doloridas, he aprovechado que la temperatura era la que era para aplicar hielo allí donde se precisaba:


Para terminar, una cita de Pérez Galdós: "pero entre los escombros y entre los muertos habrá siempre una lengua viva para decir que el Madrid no se rinde". Creo que era así o parecida.

Gracias y enhorabuenas a partes iguales. La moto ha quedado preciosa, en los semáforos es el centro de todas las miradas y en el campo... para qué hablar. Mis respetos.

Por cierto, ¿no venderéis a Messi, verdad? :-)

viernes, 9 de diciembre de 2011

Mañana de la Inmaculada en moto de trial

Pues sí, una mañana divertida en la sierra madrileña con Ángel de Areba, que me llamó para ver si podía salir un rato a desentumecer articulaciones trialeras y, de paso, probar la SWM que le acababa de hacer Juanjo Blanco. 

El día amaneció perfecto para montar por el campo: sol y frío. Nada mejor para una moto refrigerada por aire.

La SWM de Ángel no es la Jumbo amarilla que todos conocemos y de la que se ven algunas unidades por los triales. Ésta es una TL 320, la moto campeona del mundo en 1982 con Giles Burgat a su lomo. Curiosa, difícil de ver hasta que te acostumbras a ella, con un sonido molesto por sus numerosos decibelios pero que va realmente bien.
Difícil competir en belleza con una Cota

Una muestra del sonido. Metálico, agudo y algo molesto. Supongo que se acostumbra uno en poco tiempo:


Con esta moto me ha pasado como con la Fantic 240. A pesar de ser dos y tres años mayores a la 330, por ejemplo, tienen detalles de acabado que le dan varias vueltas a la Montesa. Las guías para que los cables no se enganchen, el tornillo de ajuste de altura para la palanca del freno trasero, el alojamiento de la palanca de arranque y un montón más que este gualtrapa no es capaz de ver, le abren los ojos a uno para darse cuenta de porqué nuestra industria se fue al garete. El proteccionismo es algo intrínsecamente malo y si le sumamos unos sindicatos caracterizados por no ver más allá de su sectarismo y sus prejuicios, tenemos que algo muy grande desapareció en cuatro días. Es cierto que SWM dejó de fumar también pero nuestras fábricas tenían una ventaja que les debería haber permitido sobrevivir si hubieran investigado y competido de verdad y no limitarse a la pelea de tuertos que se produjo de puertas para dentro. Fantic sigue funcionando.

Esta moto además tiene como curiosidad que tiene motor Rotax. El carburador no va directamente al cilindro y se mete en el carter (se puede ver más o menos en la foto anterior), con un sistema que no soy capaz de explicar por ignorancia pero que hace que la moto arranque espectacularmente bien siendo, de hecho, la que mejor lo hacía en la época.

Reponde bastante bien y sorprende su capacidad de giro. El único pero que le puedo poner (estética y sonido metálico aparte) es que es algo brusca, aunque es posible que se solucione con un buen piloto sobre ella.

Un vídeo de Ángel haciéndose parte de una zona del Campeonato madrileño de este año:



Yo llevé la Honda TLR 200, tan fiable como siempre. Aquí estoy replicando a Ángel en la misma zona. Es evidente quién tiene mejor estilo. No hace falta que os pronunciéis, de hecho prefiero seguir viviendo en mi mátrix.


En fin, una mañana muy agradable. Deberíamos hacer esto mucho más a menudo. No dejan de ser unas pocas horas con una productividad que pocas cosas tienen, si no contamos con una paella de marisco en Cheste, por ejemplo. Por cierto, embaularse una paella para cenar también tiene sus bemoles. Bueno, otros se cenan un arros amb ceps en Tona todos los años y no pasa nada.