sábado, 15 de enero de 2011

Disgusto grande

Como indiqué en una entrada anterior, junto con la 125L de mis amores me traje de Valencia a su hermana pequeña, la 75L, propiedad de un amigo que me encargó ponerla en marcha tras unos cuantos años parada en un garaje.

Todo contento estaba servidor, de nuevo con la ayuda de Eduardo y Gerardo, otro amigo que se ha revelado muy eficiente en ésto de desmontar motos.

Empezamos quitando escape, depósito y filtro de aire:




La sorpresa con su consiguiente disgusto vino al quitar la tapa del encendido ya que apareció el volante magnético ¡¡suelto!!. Tenía el eje roto.

El dueño de la moto me dijo en su momento que la moto se le había parado de repente, como si se hubiera quedado sin gasolina, y nunca más volvió a funcionar.

La conclusión es que parece quer en su día le cambiaron los platinos y dejaron el volante medio suelto.

Unas fotos del desaguisado:




Suplico al sanedrín que me confirme si lo que sospecho es posible y si la solución es menos dramática de la que imagino.

La Honda lista para trialear

Con la impagable ayuda de eduardo Gómez de Salazar ( www.motodetrial.com y www.bar2parts.com), la TLR ha perdido varios kilos y tanto el motor como el escape han recuperado su color de origen.

Yo me he limitado a las labores propias de mi sexo cuando me meto en un taller, es decir, a limpiar. Las ruedas ya no parecen haber recorrido el trayecto Japón-España remolcadas por un barco. El problema lo tengo con los radios, que están muy oxidados. Como no tengo prisa y sí mucha paciencia, ruego a los blogueros que me indiquen cómo quitar dicho óxido sin tener que enviar los radios a alguien, que eso sé hacerlo solo sin necesidad de preguntar.



Pintando el codo a pincel que es como el corte de pelo a navaja


Con el piñón de nueve recién puesto:


Resultado final.




Estado inicial (estaba mucho peor de lo que se ve en la foto, para variar):



Próximamente pondré la foto de la caja con todo lo que se le ha quitado, con el `peso resultante

lunes, 3 de enero de 2011

Primera en la frente: estanflación

Primera entrada de 2011 y como sea cierto aquéllo de "lo que mal empieza, mal acaba", lo tenemos claro.

Se ha publicado el avance del IPC de diciembre y como diría el padre de familia de los dibujos, "zas en toda la boca".

Los precios han subido un 2,9% animados por los impuestos del tabaco y la gasolina. Ojo que no incluye el subidón de la electricidad.

No me voy a enrollar (es uno de mis propósitos para este año), sólo comentar que con un crecimiento del PIB del 0,2%, mala cosa es que los precios suban con la demanda por los suelos y el paro por las nubes. Eso es lo que los libros llaman estanflación, es decir, paro e inflación. Círculo vicioso en estado puro.

¿Qué hacer?, bajar tipos de interés que animen la economía es imposible porque ya no hay margen de bajadas y  además provocarían más alzas de precios y por otro lado, tampoco se pueden subir porque aumentaría el paro.

Lo peor de ambos mundos.

Qué tiempos en los que Greenspan hablaba del círculo virtuoso de la economía. Como le pille le doy un par de yoyas.

Y el calamidad al que pagamos el alquiler, pastando.

Qué país.