domingo, 14 de marzo de 2010

Las puntocom (6ª burbuja) Parte I

En todas las burbujas hay palabras que se consideran claves, como tulipanes, Mares del Sur o ferrocarril. En este caso la palabra mágica fue "internet".

En la década de los noventa se vivió en EE.UU. lo que se llamó un círculo virtuoso, con un nivel de paro equivalente al pleno empleo, precios bajo control, tipos de interés razonables y, sobre todo, un crecimiento imparable.

El incremento de la productividad motivado por la tecnología fue espectacular. Yo siempre digo que, así como nuestros padres trabajaban más o menos igual que nuestros abuelos, nuestra generación ha dado un salto incomparablemente superior. Mi padre, por ejemplo, veía al ordenador como a un enemigo, aunque lo cierto es que no le dió tiempo a pelearse con él. Comentaba hace poco con un ex-compañero de trabajo que cuando empecé a trabajar, las carteras se veían una a una con interminables listados impresos en papel "pijama" con una impresora de agujas que hacía un ruido tal que se le ponía una campana como la del superagente 86, aunque en este caso funcionaba. En cambio ahora, con software como AS400 y con la ayuda de excel y Bloomberg o Reuters, puedes vincular carteras y ser capaz de llevar un número de carteras casi infinito (si es que puede existir tal concepto).

Para "desaburrir", un pequeño chiste de Forges que ilustra la productividad en las empresas ineficientes, especialmente en España:


Bromas aparte, este espectacular aumento de la productividad, se conoció como "nuevo paradigma".

Como es habitual, se empezó a creer en un crecimiento infinito y en el fin de los ciclos económicos. Por ejemplo, en una encuesta realizada entre inversores de Fondos de inversión, salía que éstos esperaban crecimientos del 34% durante los próximos diez años (es decir, el Dow Jones debería pasar del 10.000 al 151.000). Sí, parece mentira, pero es así como se crea una burbuja.

En 1997, con la crisis asiática, parecía que la razón volvía al mercado con una caída del Dow del 7% el 27 de octubre. Como en el martes negro de 1929, el martes 28 de octubre de 1997 había largas colas de inversores en las puertas de los bancos de Wall Street, con una salvedad, hacían cola ¡¡¡para comprar acciones!!!!.

Unos ejemplos más que significativos:

-En 1995, tres proveedores de internet salieron al ruedo del Nasdaq. El que mayor éxito tuvo fue Yahoo. Pues bien, con una facturación trimestral inferior al millón de dólares, el día de su estreno bursátil subió un 153% y capitalizaba 850 millones de dólares. Con un par.

-En 1996, el fabricante de televisores Zenith, que estaba en pérdidas, anunció que iba a fabricar teles con conexión a internet. El precio de las acciones se multiplicó por tres en pocas semanas. La prueba de que era mencionar internet y crear valor automáticamente, aunque fuera valor virtual.

-Amazon.com fue un caso curioso. Cuanto más vendía, más perdía. Me recordaba una anécdota que contaba Javier Vega en clase: "un amigo se ha comprado un diésel y está encantado, dice que cuanto más lo usa, más ahorra". Por cierto, muy buen profesor del Instituto de Empresa.

-El broker on line Charles Schwab llegó a valer más que todo Merrill Lynch, eBay más que Sotheby's y AOL más que Walt Disney Corp.

Aquí en España, el caso más paradigmático fue el de Terra que llegó a valer más que Repsol o Endesa. Sobre Terra tengo una anécdota personal. Allá por 1999 me quedé en el trabajo hasta las ocho de la noche para poder telefonear a un conocido del Bank of América, en Nueva York, y preguntarle cómo habían valorado Terra en un informe que publicaron unos días antes. Sus palabras me dejaron helado: el valor resulta de multiplicar por 10.000$ cada visita que tiene el portal. Es decir, que el valor bursátil era debido a que esperaban que cada persona que entraba en esa página, se iba a gastar una fortuna a través de Terra de modo que generara comisiones para el portal por valor de 10.000$ en un año.

Greenspan dijo en diciembre de 1996 aquéllo de la "exhuberancia irracional" (hubo una vez que el abuelo fue sensato aunque luego se arrepintió). El mercado respondió con una caída del 2,5% por el susto pero al día siguiente inició una senda alcista que duró tres años. Pues bien, el precio de la acción se multiplicó por 18. Un conocido gestor decía que era uno de los precios peor ajustados pero ¡aconsejaba comprar!.

Crear una empresa de internet era muy fácil (también hoy, por cierto) y sin inversiones enormes.. Los bancos eran reacios a prestar dineros a esos chicos tan insolentemente jóvenes e informales pero la financiación vino de la sociedades de capital riesgo, incubadoras de "start-ups".

La mayoría de start ups se quedaban en el camino pero llegaron a absorber enormes recursos que drenaban financiación para la economía "real".

Continuará... ya mismo


Fuente: "de los tulipanes a internet o cómo moverse en mercados inestables", editado por Self Trade-DAB.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Creo que sólo caben 330 caracteres. ¿Podría ser otra cifra?. No sé cómo ampliar la capacidad. Si algún día lo descubro, lo haré, lo prometo.