viernes, 22 de enero de 2010

El tonto útil

Llevaba tiempo pensando (sí, ya sé, pero es que a veces lo hago) en la causa por la que este país podía ser gobernado por unos indigentes intelectuales que, como decía mi abuela de algunos, "son tontos de asomarse al balcón", es decir, que además de no ser conscientes de su estulticia, encima presumían de lo listos que eran. Pero la cosa se complica cuando compruebas que además pueden cometer las mayores arbitrariedades, las fechorías más infames, sumir a este país en una ciénaga de indignidad y quedar impunes.

También me estrujaba el magín intentando averiguar cómo era posible que hubiera quien apoyara e incluso defendiera con ardor semejante muestrario de gaznápiros, a cual más patético. La sorpresa se vuelve mayúscula cuando quien ésto hace es una persona con formación universitaria. Y no es poco común, al contrario.

Me barruntaba que podría ser por tradición familiar, obcecación, todo contra los fachas y demás eslóganes de la izquierda de toda la vida, progres setenteros, en fin, gente que, siendo conscientes de lo que hay, defienden a los suyos por encima de todo. Consecuencias de una Guerra Civil, me decía ingenuamente.

Después de unos cuantos libros y de años de observación, una de las conclusiones a las que he llegado es que la izquierda es sectaria por definición. Vale, está claro, pero ¿qué hace que una persona con formación, es decir, que ha tenido que leer y pensar un poco al menos, elija ser sectario?. Sólo se me ocurren dos razones.

Una es que lo hace por interés material porque, ¿cómo se entiende si no que, por ejemplo, el Grupo Prisa defienda postulados que chirrían sólo con plantearlos?. Hay que tener en cuenta que el nivel de la gente que allí trabaja suele ser elevado, al menos en lo que a currículum se refiere. Tampoco olvidemos de dónde vienen tanto su fundador como el que ahora ha llevado a la ruina a dicho Grupo (quizá sea su única buena obra, esa OPA a Sogecable fue genial, ni el mismísimo Aznar lo habría hecho mejor). Como el ser humano es como es, parece comprensible y triste al tiempo, pero no carente de lógica en todo caso, que alguien pueda vender su independencia por dinero. De hecho es lo normal en estos tiempos. Lo contrario sale caro.

La segunda es que realmente se cree en lo que se defiende, por muy evidente que sea lo errado de lo defendido. Esto hace que, al igual que el “vendido”, el “tonto útil” que da título a la entrada retuerce el argumento más allá de lo intelectualmente honesto  pero, a diferencia del anterior, se indigna si le contradices porque estás atacando la verdad absoluta, la suya.

En los últimos años se ha creado una especie de casta que se podría incluir en un tercer grupo que en realidad sería un híbrido de los dos primeros, como son los ya conocidos como artistas de la ceja, algunos carentes de talento (los del primer grupo) y otros con él por arrobas (los del segundo grupo). Forman una especie aparte por la notoriedad que han adquirido. Y no sólo aquí, en todo el mundo, al menos occidental, ocurre algo parecido. Quizá algo más en España pero puede que me lo parezca porque lo sufro directamente. Por ahí fuera nos encontramos con cantidad de escritores, cantantes y actores (incluyo cualquier género, no se moleste nadie, pero es que el castellano permite generalizar en masculino) que, si bien están dotados de un talento relevante para lo suyo, parece que por alguna razón saben más que el resto sobre política, derecho, economía y, sobre todo, ética. Y pensar que muchos lo escribirían con hache...

En cualquier caso, ambos tienen la suerte de contar con el arma definitiva ante la cual no hay defensa posible según su escaso entender, y no es otra que la palabra “fascista”. Menudo chollo. Si discutes más allá de trivialidades, eres un fascista. Si ETA, autodefinida como marxista-leninista, extorsiona y asesina, resulta que son unos fascistas. Las dictaduras de izquierdas, casualmente las más sanguinarias y por ello duraderas, son calificadas de experiencias democráticas o de lucha por la libertad del pueblo.

Sólo encuentro una palabra que explique esta última razón: ignorancia (bien es cierto que con ayuda de otras cualidades más próximas a la idiocia).

Ignorancia, sí, cómo si no explicar que haya muchos jóvenes y otros no tanto e incluso puretas, luciendo orgullosos la imagen de ese asesino compulsivo llamado el Ché, idealizando el Comunismo y/o el Socialismo como máximo exponente de la lucha por la libertad y creerse con derecho a repartir carnets de demócratas al resto de la humanidad.

Sé que no son todos y que yo no poseo la verdad universal ni absoluta pero es que discutir sobre matices o enfoques es interesante y enriquecedor. El problema es cuando lo que se discute es si hoy es viernes o no. Es imposible. A modo de ejemplo, recientemente discutí con alguien a quien considero inteligente sobre el bluf Obama y lo errado del proyecto para la Sanidad en EE.UU. y la única respuesta que recibo es "pues a mí me parece muy bien" después de reconocer que desconoce totalmente el actual sistema sanitario estadounidense.

Pues eso, que estaba yo en esas cuando, leyendo uno de los diarios digitales que consulto todas las mañanas, (http://www.libertaddigital.com/) me he cruzado con un artículo titulado precisamente "La Ignorancia" de un escritor a quien admiro, Horacio Vázquez-Rial (http://www.vazquezrial.com/), en el que, con su estilo directo y concreto que tanto me gusta, da una explicación que me parece interesante y que de paso pone palabras a mis pensamientos.

Recomiendo su lectura:
http://revista.libertaddigital.com/la-ignorancia-1276237380.html

En todo caso, no hay más tonto útil que el que se deja querer con los piropos que le llegan desde sus enemigos. ¿Verdad, Alberto?.

Como dijo Hayek, "socialistas de todos los partidos..."

Si a alguien le ha parecido ofensivo, prepotente, cretino o cualquier otra cosa lo aquí escrito, no le pido disculpas puesto que no era mi intención serlo. En todo caso, los insultos son bienvenidos e inútiles a partes iguales.

PD.: He editado esta entrada para reescribirla ya que, dada mi costumbre de actuar directamente en el blog según me salen las palabras y tras leerla completa, he visto varios párrafos en los que estaba cayendo en lo mismo que criticaba. Dicho lo cual, me autoproclamo socio del Club de los Tontos Útiles aunque intentaré borrarme a la mayor brevedad posible.


2 comentarios:

  1. Muy interesante tu planteamiento, así como el artículo de Vázquez-Rial. A mi se me ocurren un par de razones que añadir a la causa del sectarismo, sin aventurarme a valorar su dosificación en la receta de la “empanada”.
    Las personas necesitamos poder creer en algo, agarrarnos a un asidero que nos de sensación de seguridad. Hasta hace 100 años el más utilizado era la Iglesia, hasta que en plena Revolución Industrial apareció Marx y parió la que tenía que ser la Guía de interpretación perfecta del mundo, a esta se agarraron como a un clavo ardiendo millones de personas. Sin embargo cuando 60 años después quedo claro que la Teoría tenía muchas vías de agua, que causaba más daños que los que quería evitar (por ejemplo más muertos durante el siglo XX que todos los fascismos y nazismos juntos, y no lo hago para defender nada), resultó que una parte de aquellos seguidores se negaron a aceptar lo evidente. ¿Por qué? ¿Tenían miedo de sentirse huérfanos?. Después de unos años de incertidumbre ya han encontrado su nueva Tierra Prometida: el Cambio Climático. El fin es bueno, pero ya se están empezando a negar a aceptar críticas, son incapaces de aceptar las dudas.
    El problema viene cuando, tal como mencionas, incluso personas inteligentes, cultas y con una mente aparentemente bien amueblada se suben al carro. Y es aquí cuando a mí solo se me ocurre pensar que a lo mejor, además de la económica, también hay motivaciones más primitivas, como la adhesión a un grupo tribal, a un sentimiento arcaico de identificación (Madrid-Barça, etc.), que no con todo el aparato teórico que a veces se hace para justificar una postura, en lugar de ser al revés. Son poseedores de la Verdad y ante ella todo lo demás debe rendir pleitesía, utilizando los medios que haga falta: gato negro-gato blanco (González), lo que sea (Zapatero), etc. aunque sea a costa de enormes contradicciones. No importa, el fin justifica los medios, y si hay que adormecer, amorcillar, atontar a las masas, pues adelante sin vacilar. Y si te enfrentas o tienes dudas, tal como dices, la marca, la señal: ¡Facha¡.
    Yo en particular, si pienso en mi puro interés, quiero que el partido político al que voto NO gane todas las elecciones, porque se que al final, a largo plazo, saldré más beneficiado. Estoy convencido que se necesita la aportación de la izquierda. Sin embargo, cada vez más, desde la otra orilla, se acepta a la derecha (todo lo que no es izquierda) como un mal menor, que no puede aportar nada a la sociedad y por tanto se la ningunea y etiqueta todo lo que de ella viene. Solo la aceptan como florero.

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  2. no sé por qué, pero no había leído hasta hoy to comentario.

    Sólo puedo decir que me parece magnífico y que no puedo estar más de acuerdo.

    Gracias con un retraso de seis meses y medio.

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Creo que sólo caben 330 caracteres. ¿Podría ser otra cifra?. No sé cómo ampliar la capacidad. Si algún día lo descubro, lo haré, lo prometo.