El dinero, a pesar de la concepción peyorativa que se tiene del mismo desde la izquierda, es un invento intrínsecamente bueno. Es cierto que por él somos capaces de las mayores bajezas pero el problema está en nuestras miserias. Sin él sería imposible avanzar y la Sociedad seguiría malviviendo a base de trueques.
Ahora estamos en una situación en la que la falta de liquidez está estrangulando a la economía real por el ya comentado crowding out. El sector público se lo come todo. La banca recibe del BCE a un tipo muy inferior al que consigue con la compra de Deuda Pública, papel que a su vez le sirve de colateral para pedir más al Banco Central y así sucesivamente. Mientras, el pobre empresario o autónomo ve cómo sus proyectos se van al garete o cómo sus clientes no le pueden pagar por lo que cierra el chiringuito y más paro y miseria. El déficit público y su consiguiente resultado de endeudamiento, debería estar prohibido y penado con cárcel.
El asunto es que el BCE puede hacer que la rueda siga girando a base de darle a la máquina de imprimir dinero sin un respaldo real. Eso no es sólo una huida hacia adelante sino una forma de suicidarse lentamente. También es cierto que no hay porqué tener prisa. ¿Qué problema tiene esa forma de actuar?, pues que el valor facial de un billete es superior a su valor real. Y eso sólo tiene una salida natural: la inflación o, como es el caso, con un volumen tan elefantiásico (en el sentido literal) como el que se da en la actualidad, hiperinflación.
Los precios no están subiendo como deberían porque la demanda es tan pobre que la única forma de vender es bajando los precios. Ahora estamos en un momento idílico para los que tengan liquidez. Yo mismo, en cuanto me quite alguna incertidumbre que otra, me voy a por una Transporter (a poder ser roja Montesa) o una Vito en su defecto, para los traslados trialeros, que el remolque ya está pidiendo la prejubilación.
¿Qué significa ésto?, que vamos casi irremisiblemente hacia una recuperación en W. Es decir, que en cuanto la cosa mejore, aunque sea formalmente, los precios deberán reflejar el verdadero valor del dinero, es decir, los activos tendrán que apreciarse. Realmente, no será la única razón por la que se inicie la segunda V, también tendrá mucho que ver el hecho de que se está maquillando el valor de activos como los Bonos y la vivienda que están claramente sobrevalorados, es decir, nos estamos haciendo trampas en el solitario.
Cuando ese momento llegue, que será más pronto que tarde, recomiendo salir de renta fija (la tradicional, no la ligada al índice de precios) y entrar en otras inversiones. La protección tradicional contra la inflación, además de las acciones, ha sido el Oro, otros metales preciosos y materias primas. No creo que sea casualidad que, por poner un periodo cercano, durante 2009 y lo que llevamos de 2010, el oro se haya revalorizado un 41,5%. Y no todo es refugio, la subida se agudizó desde que se empezaron a imprimir billetes como churros.
Mi consejo es Telefónica, valor que da una rentabilidad por dividendo cercana al 6,5%, con resultados operativos que incorporarán la inflación y con un potencial de subida envidiable. Hay otros que dan números mejores pero no tienen la solidez de la operadora, y el riesgo tiene algo de importancia.
Como colofón, una referencia al título: el billlete que tienes en el bolsillo, vale menos de lo que indica. Gástalo ahora o inviértelo en algo que se ligue a la inflación. El timing lo dejo en manos del interesado.
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Creo que sólo caben 330 caracteres. ¿Podría ser otra cifra?. No sé cómo ampliar la capacidad. Si algún día lo descubro, lo haré, lo prometo.